domingo, 29 de abril de 2012

O RECUNCHO DA TOLEA




“Una casa de locos”; definición literal de un espacio donde la enfermedad mental protagoniza mis 24 horas del día, anacronismo dantesco entre personal dedicado a la salud mental y su entorno; ya que aquí todos estamos dedicados a la salud mental; aún en lados opuestos.
Son las 2:30 parte de la elite sanitaria abandona el lugar y todo vuelve a la normalidad.
Nadie se despega de la palabra “voy a trabajar”, careciendo de sentido aquí, son profesionales dedicados a rehabilitar, el sistema laboral no encaja, no se trabaja, se asesora, se cuida, dedicación, privilegios que no se atreven a atribuirse.
Llega el autobús del personal, la cafetería del personal, los baños del personal, el resto estamos sin denominar, aunque tan solo a nivel letreral, donde no ponga nada supongo que podemos entrar.
La hora que mas encaja con el nombre de este lugar es el momento en que se imparten las últimas pastillas del día, en su mayoría destinadas a que el paciente duerma, en muchas ocasiones éste es despertado para que pueda dormir aunque “no se sabe” en que fase del sueño ya nos encontrábamos.
La mañana son jirones de tiempo dispuesto en un “estadillo” que no localizo el momento, pero allá donde tenga que ir siempre llego a destiempo.
Vorágine de fregonas, cigarrillos a la hora, un deambular a despachos, talleres y el suelo que no se puede pisar. Las llaves de los perros que a saber dónde están.
Lo mejor para localizar al personal de los despachos es no  vagar para encontrarlos, tan sólo esperar o dejarlos pasar.
El alta es una sincronización mental y horaria de la que el paciente sólo dispone de la espera haciendo honor a su nombre; de Admisiones a Media, permisos y espera; cuando está firmada el semblante cambia, no importa a dónde se vaya, algunos simplemente son trasladados de Centro pero el caso es  “ que se van “  y esto es acogido como una irónica huida que no acierto a entender pero ahí está, aún firmado un papel la realidad no va a cambiar, absurdo anhelo de escapar al mismo lugar.
Los permisos resultan muy deseados, son pequeñas cuotas de libertad pero conjugadas a nivel familiar con la consiguiente dosis farmacológica devuelta el sobrante al regresar, eso en caso de no ser ingerida como suplemento adicional; el regreso está asegurado, curiosamente es casi siempre anticipado en algunas horas.

“ ATA AIQU I O PENSAMENTO DA SEMA”
Alejandra Mojón Gómez

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