miércoles, 22 de junio de 2022

COSAS SENCILLAS

 Cuentos con moraleja para pensar y reflexionar un poco

El lobo y el cordero

“Había una vez un lobo que vió a un cordero en la orilla de un río y quiso comérselo ofreciendo un pretexto simple pero verosímil. A pesar de estar río arriba, le acusó de no dejarle beber al revolver el agua. El cordero contestó que al estar el lobo río arriba y el más abajo no era posible que así fuera.



Al ver el fracaso, el lobo acusó al cordero de haber insultado a sus padres el año anterior, a lo que el cordero contestó que hacía un año el aún no había nacido. El lobo dijo entonces que aunque el cordero se justificaba muy bien, no le dejaría ir y "no iba a dejar de comérselo".

Esta fábula nos enseña que a menudo aquellos que quieren provocarnos daño no se van a detener independientemente de nuestros argumentos o de que sea o no justo.


La cierva tuerta

“Una cierva a la que le faltaba un ojo pacía a orillas del mar, con el lado bueno miraba hacia la tierra donde abundaban los cazadores. El lado malogrado daba hacia el agua, cuyos peligros no eran de cuidado. 



Pero resulta que una gente navegaba por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus dardos. Y la cierva agonizando se dijo para sí: - ¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar al que consideraba un refugio me ha sido mucho más funesto".


Esta fábula nos enseña que nunca debemos infravalorar o sobrevalorar las cosas ni a darlas por sentado, sino que debemos analizar todas las opciones y sus aspectos tanto positivos como negativos de forma realista, sin dejarnos sesgar por la subjetividad.


El perro y su reflejo en el río


“Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un pedazo de carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo. Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su compadre.
Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, solo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente".


Esta fábula de Esopo nos enseña la importancia de no codiciar ni centrarse en obtener o usurpar los bienes o logros de otros, ya que ello nos puede hacer perder lo que sí hemos logrado por nosotros mismos.




Esta página   la enseño para quien le guste, creo que es positivo para cualquier persona, y nos enseña a todos. Es mi humilde opinión.

Graciela y Gracy para amigos.
un saludo




2 comentarios:

  1. Pero menuda maravilla, muchas felicidades por la selección de cuentos y por las reflexiones que traen.

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    1. Me alegro que es os guste. Ése era el propósito.Ok gracias

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