martes, 14 de abril de 2015

Juanito Banana en Holanda. Primera entrega




Capitulo 1           LA CASA DE JAN Y SASKIA

 El autobús de Eurolines llegara al final de su trayecto pisando capital holandesa, la siempre atractiva Ámsterdam. Al borde de la desesperación, Juanito telefoneara a los padres de Ramoncín. Por el momento no había nada que temer, se comprometieran en recogerlo de inmediato. Tocaría por tanto hacer de babysitter. En caso de ponerse pesado, dejaría la ocupación a Violeta. Seguramente tendría más tacto con insoportables críos que se la dan de listillos.
Los padres de la bella Mariska viven a escasos kilómetros de Waag. Son enormemente cultos, hablando el castellano a la perfección. Disfrutan de un señor apartamento, apropiado para su exquisito gusto.
-Bienvenidos ¿Qué tal el viaje?-preguntaba Mariska
Bajaba del coche un tanto apurada. El apretado vestido impulsaba a una inmediata y atrevida observación. Con los ojos clavados en el atrevido escote Banana decía-Estupendamente…trajimos a este niñato, bueno….adorable niño…una larga historilla que ya contaré, el padre viene a recogerlo… cruzando dedillos, pronto-
-Hola, me llamo Ramoncín y esta es Mirita-saludada
-Que guapo eres, yo también tengo un hámster-explicaba descubriendo unos dientes blancos como la nieve
-La Rata Tramposa y al mismo tiempo, meona…leches-decía Juanito entre dientes
-Me gusta Ámsterdam ¿Sabes? Mi padre viaja mucho-soltaba el niño con dulce mirada  
La joven suministrara tres besos a cada uno. Tradición neerlandesa que agradaba  muchísimo a Banana.
-Jamones, ya lo podían hacer en Villacuernos-decía encaprichado
-Hay que regalar mucho amor-opinaba Violeta echando un vistazo a  las vías 
Había mucho por descubrir. Trece provincias no muy grandes en extensión, mostrando un divertido juego de contrastes. Dando auge a la limpieza y cariñosos habitantes que suelen hablar con el corazón. Claramente sin rodeos, escapando de la siempre insociable hipocresía. Lo único que conocía Violeta, tres de los grandes ríos, el Maas, Waal y el Rijn. También a Beatriz, la hermosa reina que gobierna desde el año 1980 de manera ejemplar. Una preocupación invadía el pensamiento Bananero. Le explicaran que mitad de Holanda se halla bajo el nivel del mar. Conocida también con el nombre “Países Bajos”.  Se le pusiera la piel de gallina recordándolo.  
-Mariskilla ¿en esta zonilla hay muchas inundaciones?-soltaba
En este instante sería todo oídos. Sin demora, a pesar de ir reconcentrada en el manejo del coche, detallaba-Desde el año 1995 ni la primera, de todos modos no te preocupes…disponemos de fuertes diques-
Todavía con un  nudo en la garganta preguntaba-Por Dios, Por Dios…diquillos ¿eso que es?-   
El niño estaba al corriente. Con generosa voluntad tras una risita burlona decía-Son grandes bloques de hormigón construidos para sujetar el agua y así no pueda alcanzar las casas y los campos…burro-
Atrancara la definición con un insulto que no hacia ninguna gracia. De estar solos le soltaría un sopapo. Con señoritas por medio tan solo se atrevía afirmar-Un poco de educación, niñato-
En la plaza Nieuwmarkt, bajaban del vehículo abducidos por su encanto. Un acumulo de estrechas calles y edificaciones realmente pintorescas.
Después de tragar un par de veces saliva Banana decía-Ostras que lindo, pero mirar que lindillo por Dios-
-Si súper guay, waaauuuh…mira esas torres-indicaba Ramoncín
Encima del hombro del chiquillo, hasta el roedor tenía apariencia de fijar la vista.
-Se llama Antoniespoort, siglos atrás fue una sala de ejecuciones, con el tiempo un almotacén y una zona de operaciones…actualmente es un restaurante “In de Waag”-detallaba la holandesa
Nuevamente tenía el alma en vilo. Santiguándose varias veces afirmaba-Madrecilla del alma querida ¿No será el museo de los horrores?-
-No hombre…ya te dije, ahora es un restaurante-
Todavía asustado preguntaba-¿Podemos ir a casita de tus queridos padres?-
-Jajajaja…le tiembla el culo del miedo-aseguraba el crío
-O te callas o le corto los bigotes a la ratilla, niñato-amenazaba
Gran ofensa para la guapa holandesa. Dentro del lindo país de tulipanes los maltratadores de animales son reducidos a la nada, mediante lastimosas sanciones.
-¿No lo dirás en serio?-decía
El mocito lo miraba con zorrería y Banana se valía de una piadosa mentira-No Mariskilla, eso nunca lo haría, tan solo es una bromilla-
-Ja…ja…bromilla de la Rata Tramposa-afirmaba el nene
Algo le decía que las mini vacaciones, transformarían en un gran puzle de sorpresas. Mientras caminaban, el hombrecillo examinaba los ciudadanos. Rubios con ojos azules y altos como castillos. Pegado a ellos parecía una insignificante pulguilla. Eso era lo que pensaba, pero nadie tenía ese negativo pensamiento en sus adentros, continuando el agradable paseo de minutos antes. Ya le explicara el sabio Tomas Fonseca, el infravalorarse lo conduciría a un callejón sin salida.
Considerando la advertencia soltaba-Los hombres pequeños, somos cariñosos y sabrosos-
Los tres acompañantes giraban a la par la cabeza. Gozaban de la misma ideología, el hombrecillo era una verdadera caja de rarezas. Se detuviera durante unos segundos en las barbas de un transeúnte. Tras beber una cerveza bien fría, por lo visto la famosa Heineken, tragaba sin piedades un pescado crudo. Fileteado por la mitad y henchido de cebolla picada. Sin tenedor, únicamente dos dedos sujetaban la punta de la cola.
-Rayos y truenos, el carnívoro tomó una cervecilla para facilitar la digestión…el pescadillo estará brincando dentro de la panza de la alegría…o bueno…de la borrachera-detallaba
Ramoncín doblaba las rodillas con intención descojonarse de la risa-jajaja…nunca he oído una tontería tan grande-
-Aquí hay muchos puestos de arenques, se suelen comer crudos con mucha cebolla-explicaba la holandesa
-Sobreesdrújulas, lo que hay que oír….del mar directamente al platillo-opinaba
Estaba al corriente, que la tolerancia holandesa era una de las mejores del mundo. Con seguridad no cocinaban los bichillos evitando inútiles sufrimientos. Vivos y enteros tanto mejor, alargándoles la vida. Otro estúpido razonamiento, hundiéndolo en un fantástico mundo donde todo era posible.
 Enseguida llegaran a Keizersstraat. Los padres de Mariska, dos simpáticos ancianitos que gustaran enormemente al hombrecillo. Se presentaran como Jan y Saskia, típicos nombres Neerlandeses de pocas letras y fácil pronunciación.
-Encantado, yo…Banana, de nombre Juanito-saludaba


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