Capitulo 1 LA CASA DE JAN Y SASKIA
El
autobús de Eurolines llegara al final de su trayecto pisando capital holandesa,
la siempre atractiva Ámsterdam. Al borde de la desesperación, Juanito telefoneara
a los padres de Ramoncín. Por el momento no había nada que temer, se
comprometieran en recogerlo de inmediato. Tocaría por tanto hacer de
babysitter. En caso de ponerse pesado, dejaría la ocupación a Violeta.
Seguramente tendría más tacto con insoportables críos que se la dan de
listillos.
Los padres de la bella Mariska viven a escasos
kilómetros de Waag. Son enormemente cultos, hablando el castellano a la
perfección. Disfrutan de un señor apartamento, apropiado para su exquisito gusto.
-Bienvenidos ¿Qué tal el viaje?-preguntaba
Mariska
Bajaba del coche un tanto apurada. El apretado
vestido impulsaba a una inmediata y atrevida observación. Con los ojos clavados
en el atrevido escote Banana decía-Estupendamente…trajimos a este niñato,
bueno….adorable niño…una larga
historilla que ya contaré, el padre viene a recogerlo… cruzando
dedillos, pronto-
-Hola, me llamo Ramoncín y esta es
Mirita-saludada
-Que guapo eres, yo también tengo un
hámster-explicaba descubriendo unos dientes blancos como la nieve
-La Rata Tramposa y al mismo tiempo,
meona…leches-decía Juanito entre dientes
-Me gusta Ámsterdam ¿Sabes? Mi padre viaja
mucho-soltaba el niño con dulce mirada
La joven suministrara tres besos a cada uno.
Tradición neerlandesa que agradaba muchísimo
a Banana.
-Jamones, ya lo podían hacer en
Villacuernos-decía encaprichado
-Hay que regalar mucho amor-opinaba Violeta
echando un vistazo a las vías
Había mucho por descubrir. Trece provincias no
muy grandes en extensión, mostrando un divertido juego de contrastes. Dando
auge a la limpieza y cariñosos habitantes que suelen hablar con el corazón.
Claramente sin rodeos, escapando de la siempre insociable hipocresía. Lo único
que conocía Violeta, tres de los grandes ríos, el Maas, Waal y el Rijn. También
a Beatriz, la hermosa reina que gobierna desde el año 1980 de manera ejemplar. Una
preocupación invadía el pensamiento Bananero. Le explicaran que mitad de
Holanda se halla bajo el nivel del mar. Conocida también con el nombre “Países
Bajos”. Se le pusiera la piel de gallina
recordándolo.
-Mariskilla ¿en esta zonilla hay muchas inundaciones?-soltaba
En este instante sería todo oídos. Sin demora,
a pesar de ir reconcentrada en el manejo del coche, detallaba-Desde el año 1995
ni la primera, de todos modos no te preocupes…disponemos de fuertes diques-
Todavía con un
nudo en la garganta preguntaba-Por Dios, Por Dios…diquillos ¿eso que
es?-
El niño estaba al corriente. Con generosa
voluntad tras una risita burlona decía-Son grandes bloques de hormigón
construidos para sujetar el agua y así no pueda alcanzar las casas y los
campos…burro-
Atrancara la definición con un insulto que no
hacia ninguna gracia. De estar solos le soltaría un sopapo. Con señoritas por
medio tan solo se atrevía afirmar-Un poco de educación, niñato-
En la plaza Nieuwmarkt, bajaban del vehículo
abducidos por su encanto. Un acumulo de estrechas calles y edificaciones
realmente pintorescas.
Después de tragar un par de veces saliva Banana
decía-Ostras que lindo, pero mirar que lindillo por Dios-
-Si súper guay, waaauuuh…mira esas
torres-indicaba Ramoncín
Encima del hombro del chiquillo, hasta el
roedor tenía apariencia de fijar la vista.
-Se llama Antoniespoort, siglos atrás fue una
sala de ejecuciones, con el tiempo un almotacén y una zona de
operaciones…actualmente es un restaurante “In de Waag”-detallaba la holandesa
Nuevamente tenía el alma en vilo. Santiguándose
varias veces afirmaba-Madrecilla del alma querida ¿No será el museo de los
horrores?-
-No hombre…ya te dije, ahora es un restaurante-
Todavía asustado preguntaba-¿Podemos ir a
casita de tus queridos padres?-
-Jajajaja…le tiembla el culo del
miedo-aseguraba el crío
-O te callas o le corto los bigotes a la
ratilla, niñato-amenazaba
Gran ofensa para la guapa holandesa. Dentro del
lindo país de tulipanes los maltratadores de animales son reducidos a la nada,
mediante lastimosas sanciones.
-¿No lo dirás en serio?-decía
El mocito lo miraba con zorrería y Banana se
valía de una piadosa mentira-No Mariskilla, eso nunca lo haría, tan solo es una
bromilla-
-Ja…ja…bromilla de la Rata Tramposa-afirmaba el
nene
Algo le decía que las mini vacaciones,
transformarían en un gran puzle de sorpresas. Mientras caminaban, el
hombrecillo examinaba los ciudadanos. Rubios con ojos azules y altos como
castillos. Pegado a ellos parecía una insignificante pulguilla. Eso era lo que
pensaba, pero nadie tenía ese negativo pensamiento en sus adentros, continuando
el agradable paseo de minutos antes. Ya le explicara el sabio Tomas Fonseca, el
infravalorarse lo conduciría a un callejón sin salida.
Considerando la advertencia soltaba-Los hombres
pequeños, somos cariñosos y sabrosos-
Los tres acompañantes giraban a la par la
cabeza. Gozaban de la misma ideología, el hombrecillo era una verdadera caja de
rarezas. Se detuviera durante unos segundos en las barbas de un transeúnte.
Tras beber una cerveza bien fría, por lo visto la famosa Heineken, tragaba sin
piedades un pescado crudo. Fileteado por la mitad y henchido de cebolla picada.
Sin tenedor, únicamente dos dedos sujetaban la punta de la cola.
-Rayos y truenos, el carnívoro tomó una
cervecilla para facilitar la digestión…el pescadillo estará brincando dentro de
la panza de la alegría…o bueno…de la borrachera-detallaba
Ramoncín doblaba las rodillas con intención
descojonarse de la risa-jajaja…nunca he oído una tontería tan grande-
-Aquí hay muchos puestos de arenques, se suelen
comer crudos con mucha cebolla-explicaba la holandesa
-Sobreesdrújulas, lo que hay que oír….del mar
directamente al platillo-opinaba
Estaba al corriente, que la tolerancia
holandesa era una de las mejores del mundo. Con seguridad no cocinaban los
bichillos evitando inútiles sufrimientos. Vivos y enteros tanto mejor,
alargándoles la vida. Otro estúpido razonamiento, hundiéndolo en un fantástico
mundo donde todo era posible.
Enseguida llegaran a Keizersstraat. Los padres
de Mariska, dos simpáticos ancianitos que gustaran enormemente al hombrecillo. Se
presentaran como Jan y Saskia, típicos nombres Neerlandeses de pocas letras y
fácil pronunciación.
-Encantado, yo…Banana, de nombre
Juanito-saludaba
No hay comentarios:
Publicar un comentario