miércoles, 30 de noviembre de 2011

En el Divan .... (uno)



Me regaló una figura de un elefantito. Ella dijo que era una chorrada, pero
me hizo ilusión.

Yo quise ver que si eras tan frágil como me diste a entender, o yo quise
interpretar, tenía que tratarte con delicadeza. Por eso fui yo la que te
buscó; pensé que tenías tanto miedo a que te hiciesen daño que
preferías no dar ningún paso hacia delante. Que el saber que hay otra
persona en mi vida, que rápidamente me aburro, te echaba para atrás.
Por eso me seguí desnudando: no hay más ciego que el que no quiere
ver.

Pensé que sabías que a pesar de los pesares, es difícil encontrar a alguien
con el que se conecta, que ocurre muy pocas veces. No quise ni
pensar que tú no sentías ni parecido. Sé que fue poco tiempo, también
la intensidad es muy efímera, pero no sé hacerlo de otro modo. Así que,
ante esta incertidumbre que me empeñe en conservar, ante la duda de
saber si me he equivocado totalmente; sin saber si he pintado el dibujo
correcto, o solamente he dejado volar mi imaginación, me despido;
sabiendo que si en algo he acertado, tendrás la valentía de buscarme
porque por mi parte, por fin, lavo el pincel y tapo el bolígrafo.

-Escribía bien. Mejor que yo.
-¿La echas de menos?
-No. Ella sintió algo que yo no. ¿Pero sabes lo triste? En el poco tiempo
que estuvimos juntos, me dio la sensación de que me entendía mejor
que nadie que haya conocido antes.
-¿Y eso es malo?
-Supongo que no, pero me jode
-¿Sigues manteniendo el contacto con ella?
- No, ¿para qué?. Joder, si se rompe, se rompe, esto no es una
película de Hollywood, donde primero se separan y luego se van a
cenar los cuatro- los ex mas sus nuevas parejas, juntitos y en
armonía. Esto es cine español
- ¿Que tal con tus padres?
-Vamos, no me jodas. No quiero hablar de mis padres, es tan típico.
-¿Y de qué quieres hablar, entonces?
-El domingo fui a misa. Hacía mucho que no iba
-¿Y?
-Me llamó mucho la atención este salmo:
“El Señor es mi pastor, nada me falta. En prados de hierba fresca me hace
reposar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repone mis fuerzas. Me guía por
la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por quebradas
temerosas, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo, tu bastón y tu vara me
protegen. Me preparas un banquete, para envidia de mi adversario, perfumas
con aceite mi cabeza y mi copa rebosa. Tu amor y bondad me acompañan todos
los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por días sin término.”
-¿Creyente?
-Más cuanto más viejo. 
Todavía guardo el elefante, claro; en un bolsillo de la mochila que me llevo a todas partes
-¿Tienes hermanos?
-Vete a la mierda

                                                                                               Manuel Fernandez

domingo, 20 de noviembre de 2011

Miroslav Tichy





El 12 de Abril ha muerto Miroslav Tichy, el poético voyeur y fotógrafo -¿es redundante?- checo. A los 84 años. Para un hombre que vivió casi toda su vida en la miseria, en la marginalidad de un solitario enfermo mental, en el más absoluto descuido de sí mismo -el  atestado policial de una de las periódicas detenciones de control a las que le sometían las autoridades, refería que en uno de sus bolsillos se había encontrado una cucaracha ¡viva!-  llegar a esa edad parece asombroso. La verdad, debilita un poco nuestra fe en los beneficios de la "vida sana" y todo eso. Quizá su secreto, además de los genes, claro, esté en que poseía una pasión -capturar esas imágenes femeninas turbadoramente banales con su cámara de hojalata y cartón- superior en intensidad a sus males. O como dice el Tao:

" He oído decir que quien sabe alimentar su vida
no se cuida de los rinocerontes y tigres cuando anda por los montes
ni porta armas ni coraza cuando penetra en el ejército enemigo.

El rinoceronte no encuentra en él lugar donde cornearle
ni el tigre dónde clavar sus garras
ni las armas dónde aplicar su filo.


¿Por qué?
Porque no hay en él lugar para la muerte.

                 (Lao Zi, Trad. y notas de Ignacio Preciado, Ed. Alfaguara, 1981)




La Camara de  Miroslav Tichy


Tichý se construye sus propias cámaras y con ellas ha hecho todas sus fotos. Como lente utiliza un trozo de plexiglas que pule con una mezcla de pasta de dientes y ceniza. A modo de obturador y disparador utiliza la goma de unas bermudas viejas; el tiempo de exposición viene determinado por el tiempo que se tire de la goma. El pasacarrete es una chapa de una botella de cerveza. La carcasa y el objetivo, trozos de lata y cartón y el tubo central del papel higiénico.


Algunas Fotos de  Miroslav Tichy