“Una casa de locos”; definición literal de un espacio donde la enfermedad
mental protagoniza mis 24 horas del día, anacronismo dantesco entre personal
dedicado a la salud mental y su entorno; ya que aquí todos estamos dedicados a
la salud mental; aún en lados opuestos.
Son las 2:30 parte de la elite sanitaria abandona el lugar y todo vuelve a
la normalidad.
Nadie se despega de la palabra “voy a trabajar”, careciendo de sentido
aquí, son profesionales dedicados a rehabilitar, el sistema laboral no encaja,
no se trabaja, se asesora, se cuida, dedicación, privilegios que no se atreven
a atribuirse.
Llega el autobús del personal, la cafetería del personal, los baños del
personal, el resto estamos sin denominar, aunque tan solo a nivel letreral,
donde no ponga nada supongo que podemos entrar.
La hora que mas encaja con el nombre de este lugar es el momento en que se
imparten las últimas pastillas del día, en su mayoría destinadas a que el
paciente duerma, en muchas ocasiones éste es despertado para que pueda dormir
aunque “no se sabe” en que fase del sueño ya nos encontrábamos.
La mañana son jirones de tiempo dispuesto en un “estadillo” que no localizo
el momento, pero allá donde tenga que ir siempre llego a destiempo.
Vorágine de fregonas, cigarrillos a la hora, un deambular a despachos,
talleres y el suelo que no se puede pisar. Las llaves de los perros que a saber
dónde están.
Lo mejor para localizar al personal de los despachos es no vagar para encontrarlos, tan sólo esperar o
dejarlos pasar.
El alta es una sincronización mental y horaria de la que
el paciente sólo dispone de la espera haciendo honor a su nombre; de Admisiones
a Media, permisos y espera; cuando está firmada el semblante cambia, no importa
a dónde se vaya, algunos simplemente son trasladados de Centro pero el caso
es “ que se van “ y esto es acogido como una irónica huida que
no acierto a entender pero ahí está, aún firmado un papel la realidad no va a
cambiar, absurdo anhelo de escapar al mismo lugar.
Los permisos resultan muy deseados, son pequeñas cuotas
de libertad pero conjugadas a nivel familiar con la consiguiente dosis
farmacológica devuelta el sobrante al regresar, eso en caso de no ser ingerida
como suplemento adicional; el regreso está asegurado, curiosamente es casi
siempre anticipado en algunas horas.
“ ATA AIQU I O PENSAMENTO DA SEMA”
Alejandra Mojón Gómez
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