A lo mejor estamos siendo algo pesados con nuestras calabazas pero es que este año nos están dando muchas alegrías inesperadas.
Después de tres intentos de simiente y consiguiendo que sólo proliferasen unas pequeñas plantitas flojuchas, esta semana nos hemos llevado una tremenda alegría al encontrarnos con tres calabacillas verrugosas.
No sabemos si alguna llegará a madurar y secarse pero estamos optimistas, sobre todo porque aún hoy ha aparecido una nueva flor y es bien sabido que ¡no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro!
Se dice popularmente que las calabazas tiernas son muy vanidosas pero no quieren grandes atenciones por lo que intentaremos no mirar demasiado para ellas con la esperanza de que los cercanos fríos de las noches ourensanas de otoño ayuden a endurecer alguno de estos pequeños frutos para que podamos tener "sabia nueva" para la próxima temporada.
Ains! Qué bonitiñas!!!
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